La corriente del denominado “análisis institucional” se instala en el contexto latinoamericano hace, aproximadamente, quince años. Su trabajo empírico, por un lado, y docente, por el otro, alcanzó un significativo desarrollo en México y Brasil, sin excesivas repeticiones de los centros europeos, como es lo usual, y con una readaptación propia y local de los contextos de trabajo. Como también es usual, la Argentina fue la excepción: no solo por su secular europeísmo (y cientificismo norteamericano), más la salvaje represión dictatorial a las ideas sino por un, a todas luces, manifiesto desinterés por todo lo institucional en tanto objeto específico y campo productor de problemas. Aun cuando la transición democrática es metateorizada como el “retorno de las instituciones”, ello ha quedado solo en el registro de lo jurídico-político: mientras que la sociedad civil y sus instituciones (fuerzas armadas, iglesias, sindicatos, escuelas, hospitales, cárceles, hospicios, etc.) se diluyen dentro de modalidades maniqueas de interpretación. Por ello, arriesgamos a pensar que lo institucional es, en la sociedad argentina, una dimensión invisible. Se enfatiza una preocupación managerial de las organizaciones, se exalta hasta el ridículo la órbita recortada y circunscripta de lo individual, se atisban dinámicas grupales pero poco, y más bien nada, se estudian los problemas específicamente institucionales. Los artículos y ensayos que aquí se presentan conforman mi heterogénea producción escrita acerca de estas cuestiones.
Gregorio KaminskyFragmentos del Prólogo
(Buenos Aires, 1950-2018). Doctor en Filosofía. Fue profesor titular de la Universidad de Buenos Aires, la Universidad Nacional de Lanús y la Universidad Nacional de Río Negro. Fue director del Instituto de Filosofía Alejandro Korn de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires.